martes, 4 de diciembre de 2018

PREPARÁNDONOS PARA LA VIDA

Aún hay quien cree que en la etapa de Educación Infantil, las maestras no hacemos más que entretener a los peques jugando. Y si: es una de las partes primordiales de nuestra tarea. Y dentro de esa parcela tan importante, nuestro pequeño alumnado se prepara para integrarse en el complejo mundo, en la sociedad.. Este video refleja una de esas situaciones de juego cotidiano. Así... sólo un juego, de tantos que surgen espontáneamente, pero..¡cuántas cosas refleja! Se trata del grupo de 4 años. La mayoría (la totalidad de participantes en la escena), han empezado juntos al cole, convivido durante el pasado curso en el nivel de 3 años. Se conocen y se aceptan con sus peculiaridades individuales, conocen bastante bien sus límites.. Cuando unos padres creen que las maestras no intervenimos en la solución de los conflictos, pues resulta que, muchas veces tienen razón. Y así seguiremos, porque ellos/as aprenden rápidamente a gestionar sus emociones, a respetar al resto y a hacerse respetar. Y justo eso les convertirá en una sociedad adulta formada por gente autónoma, segura de sí misma, capaz de resolver situaciones problemáticas sin hundirse a la mínima frustración.Así que les damos todas las posibilidades de madurar, de sentirse capaces. Eso sí: siempre vigilando aquellos problemas que aún no puedan resolver por sí mismos/as. Confiamos en ellos, y esta confianza es recíproca. Porque saben que siempre estamos ahí. En la escena grabada se refleja una situación espontánea en la que se aprecian muy bien distintos roles. Se ve cómo una niña, con dotes de liderazgo, organiza la sesión pero, no siempre están todos conformes. Las reglas son aceptadas unas veces y otras no. Y en estos casos, ella, sabiamente capta el mensaje y hace algunos cambios en sus planes iniciales cuando se da cuenta de que las órdenes sin más, no siempre le resultan eficaces. De nada te vale intentar imponer si el resto de personas no están de acuerdo. ¿Cuántos adultos serían capaces de hacer lo que ellos/as?: una, se da cuenta de cuándo debe ceder en sus pretensiones, y otros, ya saben que no siempre tienen que doblegarse a las pretensiones de los demás. Y no se enfadan: simplemente, aprenden a respetar y, respetarse.y lo aprenden en los juegos, con intervenciones desde mi posición que intento que sean sutiles. Están construyendo su mundo adulto y, si les dejamos, lo harán seguramente mucho mejor que los adultos actuales a los que se les haya impedido en su infancia desarrollar estos procesos y crecer intelectual y afectivamente. Como aclaración: las “basuras” son las tres papeleras que tenemos en el aula para reciclar.

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